martes, 17 de enero de 2017

EL CORAZÓN DEL PABELLÓN DE ITALIA


En este mundo hacen falta más edificios que lo mismo sean eficientes que estéticamente bellos, que te obliguen a voltear a verlos igual que si este acto fuese un capricho consciente por su parte. En el viejo continente están retomando esta tendencia de tal manera que el año pasado se inauguró el Pabellón de Italia.

  

Este complejo es un bellísimo centro de usos múltiples que será sede de importantes eventos en lo que a arquitectura y arte se refiere, pero es tal su magnitud que no sólo se conforma con esa finalidad, ya que en su interior resguarda un auditorio, algunos espacios destinados a restaurantes, oficinas y terrazas para el esparcimiento de sus visitantes.


Dicho lugar es consecuencia de un concurso que se llevó a cabo en el año 2013, del cual fueron ganadores Nemesi, firma liderada por Alessandro Belilli, quienes fueron elegidos de entre 68 propuestas.

El resultado es una verdadera joya visual, pues su fachada pudo haber ostentado vidrios convencionales para ver el exterior y viceversa, sin embargo, se optó por una especie de «enjambre» similar al tradicional glaseado que se ocupa en los postres para adornarles y así volverlos más apetitosos. Pero en este caso, dicho enjambre es mucho menos simétrico que los conformados por la naturaleza.

Si se miran los planos, la silueta que presenta por en medio bien podría ser prima hermana del Museo Soumaya de la Ciudad de México, pero con la diferencia que a los costados posee espacios dispuestos para las actividades que ahí se llevan a cabo.

El techo pareciera, por la curvatura que presenta, que está hecho de una sola pieza, pero no podemos confundirnos: todo en él es tecnológico, pues cuenta con paneles muy específicos dedicados a captar tanta luz solar como se pueda para dotar de energía a algunas salas de este centro con lo que se combina un diseño innovador con sustentabilidad ecológica.

Por todo lo anterior puedo decir que esta muestra arquitectónica es la clara representación de la afinidad que poseen las personas que viven en una misma comunidad, así como de la manera en que realizan sus actividades en conjunto pero no revueltos.


Abraham Cababie Daniel

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